viernes, 3 de abril de 2020

Una mirada a la identidad una obra de Juan Carlos Recinos



El arte es una herramienta mas de la cultura cuyo trabajo la mayoría de las veces trata de proyectar de una forma realista o surrealista entre otras;  aquellos aspectos que nos fortalecen como seres humanos pero sobre todo como seres sociales arraigados no nada mas un territorio determinado si no mas a nosotros mismos, como seres pertenecientes a aquello que nos define. 

La obra del artista tanto en fotografía como en pintura, hace una aproximación al contexto sociocultural salvadoreño encuadrando aquellos aspectos que realzan nuestro valores identitarios o retratan aquellas realidades subjetivas de una sociedad compleja como la nuestra. 

Juan Carlos Recinos 

Desde que tengo conciencia me gustaba mucho el dibujo, recuerdo que de niño pasaba horas dibujando en el piso de la casa  que estaba ubicada en San Pedro Nonualco en el departamento de la Paz, dibujaba caballos, me gustaban mucho; cuando cumplí 16 años recuerdo que convencí a mis padres para que me ayudaran a  pagar  un profesor de dibujo y al mismo momento iniciaba la carrera en
Licenciatura en filosofía en la Universidad Nacional de el Salvador

El dibujo y la pintura con don Roberto Aguilar la Romana, con quien estuve 3 o 4 años, durante ese tiempo en la universidad me entusiasme mucho con las materias de historia del arte y teoría de la estética, me las impartía el Lic. Jorge Montenegro, a quien considero junto con don Roberto como mis principales guías y son ellos los que me mostraron las directrices para que a futuro terminara en esta aventura llamada arte.

Una cosa llevó a la otra, al momento que yo estudiaba el paisaje con don Roberto, mi hermana mayor  me regalo una cámara de 35mm que ocupe para fotografiar paisajes y luego pintarlos en casa , allí me di cuenta que habían cosas que si podía pintarlas y otras que debían de quedar como fotografías, de esa manera me inicie en la fotografía, en el camino conocí a Luis Tobar de quien aprendí mucho especialmente iluminación y me interese  mucho por la fotografía documental, al punto que trabaje como colaborador de un periódico digital, entre otras cosas relacionadas con la fotografía.


Luego estudie diseño gráfico donde conocí al Arquitecto Carlos Párraga en la materia de dibujo al natural, considero que con el termine de pulir mi dibujo y técnica pictórica en diseño una de las ramas que mas me entusiasmaron fue la ilustración que considero también una forma de comunicación visual con mucho poder.


Pero no va ser hasta el apoyo e insistencia  de mi hermano Marvin Vladimir Recinos con quien compartimos el mismo gusto por la fotografía y el arte, que tome la decisión de dedicarme al cien por ciento al arte, recuerdo que llego un día a mi estudio improvisado en casa y me dijo:  “y por qué no te dedicas al arte eso es lo tuyo, ya deja de pensártelo tanto”, bueno la mucha insistencia fue lo que me ayudo a dejar de dudar y tomar una decisión definitiva, que fue la de dedicarme por hoy al arte, creo que el me dio el empujón final .  



La fotografía es una experiencia muy gratificante a nivel personal, porque a través de ella e podido extender mi conocimiento sobre muchas cosas no solo de mi realidad sino también de otras realidades, y todo esto a nutrido mi trabajo y lo sigue nutriendo.

Ahora con respecto al rumbo de mi trabajo fotográfico, este siempre ha estado enfocado en la documentación de expresiones culturales propias de la región, que tienen su origen en el sincretismo y que por hoy se vuelven representativas de nuestra identidad.
Mi obra va desde cosa muy surrealista, social y política, hasta mi trabajo actual que está muy inclinado al realismo.

Mi trabajo actual tiene su base en la documentación fotográfica, las primeras pinturas que son parte de mi producción actual, son retratos  que pretenden rendir tributo a la identidad a través de estos personajes llamados historiantes, que forman parte de grupos de danzas muy coloridos,  se encuentran en algunos de los pueblos del país y hacen sus apariciones en los días de fiestas patronales o titulares, ellos son también producto.  del sincretismo como muchas de las costumbres que tenemos, y el sincretismo es uno de los temas que me interesa mucho, ya que de alguna manera la identidad del salvadoreño desde mi punto de vista, es esa fusión de elementos foráneos y locales que a medida corre el tiempo se va construyendo y deconstruyendo. 



Lo mismo pasa con mi pintura al punto que mis últimos trabajos han dado un giro, donde ya no me interesa el sujeto como tal si no los elementos identitarios: que le dan carácter de existencia, estatus y pertenecía a un grupo (al sujeto), por esa razón en mis últimos retratos elimino al sujeto y solo me concentro en su ropa y todos los elementos que componen su vestimenta.

También es importante mencionar que la composición que utilizo junto con los fondos planos es para hacer referencia a estos retratos de documentos de identidad personal, esto me permite que el espectador tenga un dialogo directo con mi trabajo.

La experiencia con el colectivo MORULA fue algo que  me permitió, aunque por corto tiempo, explorar otro tipo de expresiones visuales a las que no estaba acostumbrado. en todo caso ha sido una experiencia didáctica muy buena.


La Fabrika hoy por hoy se ha convertido en un espacio multidisciplinario, que no solo alberga artistas contemporáneos, si no también a diseñadores, lo que permite producir una dinámica donde se complementa el trabajo de todos, sigue siendo un espacio cultural y en mi caso hasta didáctico.

En cuanto a la producción de arte en el país  me parce bastante buena hay mucha gente joven proponiendo, experimentando y explorando lenguajes, lo que me parce está muy bien por que enriquece la palestra del arte en el país, ahora con la relación artista espacio creo que es compleja, en espe  también si este, es decir el espacio  no está ubicado en lugares estratégicos con mucha dificultad se vuelve notorio.

Cuando se trata de espacios de producción creo que en algunos artistas se vuelve una limitante para el desarrollo pleno de su talento.



 Por otro lado, con los espacios de visualización, en algún momento esa relación se vuelve complicada, en especial porque en el país no quedan muchas galerías, pero para mí no todo es negativo pues esto ha dado paso a nuevas alternativas para que los artistas se puedan mostrar y otras dinámicas de visualización, que pueden ser beneficiosas y que no precisamente son convencionales.



Creo que el mejor consejo que puedo darle a alguien que se inicia en el mundo del arte  es el que me dieron a mí: “aprender a escuchar” es decir bajar un poco el ego y valorar la crítica, entender que nos equivocamos y corregir.



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