lunes, 30 de noviembre de 2020

Retaguardia una obra de Renacho Melgar


 En la historia de la pintura occidental, siempre ha existido diversidad de debates teóricos sobre la manera correcta, los modelos, los temas, los colores o cuáles han sido las mejores técnicas o formas de dibujar, por mencionar algunos aspectos que han sido motivo de largas y enérgicas discusiones. En ese contexto, es posible recordar las “batallas” entre los clásicos y los modernos, entre los partidarios y defensores del dibujo y los del color. Este tipo de divisiones, o, hasta cierto punto, rivalidades siguen existiendo en la actualidad entre los diferentes representantes de la pintura salvadoreña, y se manifiesta a través de un distanciamiento y, quizás, una diferenciación, muchas veces voluntaria, entre los artistas denominados por la crítica, pintores de la “Vanguardia” y los demás. El título de la exposición Retaguardia propone, entonces, una reflexión sobre estos otros artistas y lo que pueden ofrecer. Renacho Melgar se considera como un artista de la “Retaguardia”, de esos que no se encuentran en el foco permanente de la crítica y del mundo del arte contemporáneo y que por la elección de sus temas y propuestas se distancia de la concepción tan manipulada y a veces artificializada de la vanguardia artística, a la que en más de una ocasión se le podría reprochar su hermetismo interpretativo, o su falta de profundidad. Ser pintor de retaguardia presenta entonces ciertas ventajas: ofrece el tiempo necesario al artista para poder profundizar en la búsqueda de temas y de significados. Tiempo para experimentar con su arte, modificar y hacer evolucionar su estilo. De esta forma el pintor logra plasmar en sus obras, a través de su proceso creativo, un significado que vaya más allá de la representación puramente visual o conceptual. Además, otorga libertad al artista para crear cada pieza sin buscar satisfacer los gustos o demandas de los espectadores, un aspecto que, además, se aleja de la búsqueda por imponer tendencia o una moda en el arte.


 Esta exposición de Renacho Melgar, nos demuestra que el artista de la “Retaguardia” se mantiene en la búsqueda permanente de originalidad y de innovación en cada una de sus piezas. Las diferentes obras de gran formato aquí expuestas, en las cuales se mezclan una serie de autorretratos, son prueba de ello. Su recorrido revela una metamorfosis interesante y un paso adelante en la evolución y la búsqueda artística de Renacho Melgar. Los temas abordados son diversos. Mientras que algunos presentan una facilidad de lectura, otros esconden significados profundos, simbolismos a decodificar, realidades difíciles y críticas severas de nuestra política y sociedad contemporánea, tratadas a veces de manera poética, trágica o satírica. Renacho Melgar utiliza, como parte de su inspiración, un amplio abanico de figuras y modelos provenientes de textos religiosos, literarios o de la mitología greco-romana. Referencias que siguen estando presentes en el imaginario colectivo y que han sido previamente representadas en los cuadros de grandes maestros de la historia del arte. Por lo general estas temáticas y referencias son vistas con recelo o son despreciadas por los pintores contemporáneos, por su aparente banalidad, su falta de originalidad o por su dificultad para renovarlas. En esta búsqueda y trabajo de más de dos años, Renacho Melgar regresa a los orígenes académicos de la pintura y por un instante se presenta como un heredero de los maestros renacentistas, barrocos y románticos a los cuales reinterpreta. En su propuesta, no solamente se rinde un homenaje a estos pintores emblemáticos, ya sea retomando ciertas figuras, en el uso de una paleta dramática, en su trabajo sobre la luz, o en sus composiciones; sino que también, estos temas académicos y clásicos están hábilmente ambientados en un contexto contemporáneo latinoamericano y sobre todo citadino. Se aprecia también una cohabitación original entre las figuras mencionadas anteriormente y personajes del siglo XXI, quienes cuentan simultáneamente sus historias, sus tragedias y sus luchas, en obras en las cuales la ciudad, y específicamente el centro de San Salvador se vuelve cómplice y protagonista de la narrativa. La elección de los diversos personajes literarios o reales, que en apariencia todo opone, se destacan como un aspecto interesante dentro de cada pieza.



Pasado y presente se juntan, mientras los diversos protagonistas comparten la misma búsqueda, ya sea de aventuras, de libertad, de iluminación, de reconocimiento o de esperanza. Pero esta vez la mayoría de figuras reales no son héroes o mártires pasados. Aunque podemos apreciar a algunos de ellos en esta exposición, al recorrer y examinar las diferentes obras descubrimos a personajes comunes, o provenientes de categorías socioeconómicas desfavorecidas. El espectador, entonces, encuentra en cada pieza la cotidianidad e intimidad de momentos diarios de la realidad, en la que además podemos reconocer ciertos objetos emblemáticos de nuestra cultura. Renacho Melgar decide retratar en su mayoría a personas olvidadas, invisibilizadas o silenciadas por la sociedad, (prostitutas, vendedores, migrantes, indigentes, drogadictos, comunidad LGTB, entre otros). 


Estos anti-héroes suelen ser protagonistas de noticias trágicas o polémicas en informes del periódico o de la televisión; seres humanos complejos o sencillos que viven su día a día entre el olvido, la discriminación, la pobreza o la violencia. En ese contexto, las composiciones que encontramos en esta exposición mezclan de manera fluida y natural, los personajes contemporáneos con el resto de protagonistas, mitológicos, literarios o religiosos. Podemos agregar que el artista logra, de esta manera, sacralizar e inmortalizar lo desagradable, lo común y lo profano, velando cuidadosamente en conservar elementos que conectan a estas figuras contemporáneas con la realidad, representándolas con sus imperfecciones y defectos. Todo esto, mientras otros protagonistas, como algunas personalidades públicas, se vuelven más polémicas y de cierta forma, degradadas en cuanto a su función o significado. Es posible concluir, entonces, que, a través de un proceso de yuxtaposición, integración, reapropiación y comparación, Renacho Melgar transforma a estos hombres, mujeres y niños en héroes modernos, como lo han hecho también algunos poetas y autores del realismo literario de América Latina. Por otra parte, la muestra denota, a su vez, una fuerte similitud y acercamiento con algunas corrientes literarias como la pintura europea del siglo XIX, en la cual muchos de los artistas se atrevieron a plasmar en composiciones monumentales a simples campesinos e individuos del pueblo en sus luchas políticas o cotidianas, persiguiendo los mismos sueños, y que, pintados de manera “académica”, sirven de excusa para poder ser representados en estos grandes formatos. Algunos de estos artistas utilizaron sus obras como un instrumento para denunciar y describir las luchas y realidades sociales de su época, alejándose de la representación monumental que imperaba en ese momento, en las cuales las piezas estaban reservadas a temas históricos, religiosos o mitológicos. 


En ese contexto, recordemos la referencia y la explicación de Delacroix al momento de exponer su cuadro “Escenas de la matanza de Quíos” en el salón de 1824, en el cual podíamos leer en el libreto de presentación: “Obra directamente inspirada de los periódicos del momento”. Podríamos, además, mencionar entre otros al escritor Víctor Hugo, que ambienta su obra “Los miserables” en un contexto urbano, en la cual describe con gran sensibilidad a los vulnerables y desprotegidos. Renacho Melgar logra, de igual manera, visibilizar a estas sombras errantes y molestas que encarnan esa realidad contemporánea que incomoda. La manera de abordar y combinar estos temas y personajes es poco habitual en las propuestas actuales de la pintura salvadoreña. Si intentamos encontrar alguna semejanza o analogía nos damos cuenta que, en las obras existentes, no encontramos referencias explícitas a la pintura europea clásica y si existen son muy escasas y sutiles. 

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Las que se inspiran en la realidad,  en la herencia nacional (ya sea histórica, religiosa o mitológica), evocan más folklor o nostalgia de un pasado post-colonial o prehispánico. Muchas de ellas se conciben con un propósito memorial. Otras simplemente se presentan como obras puramente decorativas. Podemos decir también que existe una visión, en su mayoría, subjetiva e idealizada en la pintura salvadoreña actual al momento de representar el pasado y presente de nuestro país. Como resultado, la historia y la realidad se glorifican, mostrando únicamente aspectos agradables o edulcorados, invitando así al espectador a enorgullecerse de su país. Estos temas son, a pesar de todo, parte importante de

 



Estos temas son, a pesar de todo, parte importante de nuestra identidad, y necesitan ser evocados, como nos lo recuerda también Renacho en algunas de sus pinturas exhibidas en esta muestra. Para finalizar notamos que esta exposición nos invita a reflexionar sobre nuestra visión del otro, sobre nuestro mundo y su complejidad, mientras nos adentramos poco a poco en un recorrido original a través de obras emblemáticas y muy bien reinterpretadas de la historia del arte. 



Es a la vez un viaje didáctico, artístico y literario entre el pasado y el presente, entre la imaginación, y la realidad, presentado con un estilo más comprometido y elaborado que nos incita a volver a ver la pintura por lo que siempre fue: un arte que nos hace maravillarnos, imaginar, interpretar, debatir, filosofar, viajar y sentir. Esta exposición será, probablemente, criticada por muchos de polémica e irreverente, mientras que otros no querrán advertir su verdadero valor y especularán que revela temas poco nobles o poco originales. También estarán aquellos que la reducirán y la acusarán de ser una simple apología de la pintura y literatura europea. Sin embargo, aún en medio de la polémica o la crítica, las piezas monumentales de Renacho Melgar son resultado de un arduo trabajo, que denotan una transformación estética, un compromiso socio-cultural y artístico, los cuales nos sumergen en una narrativa histórica, intelectual, social y literaria apasionante, en la que el espectador puede por sí mismo sacar sus propias impresiones, dudas, interrogantes, asociaciones y críticas de la mano del artista, que con su mirada, nos invita a entrar en sus cuadros y experimentar su visión del mundo y del arte, convirtiéndonos en espectadores activos, en protagonistas, y por qué no, en héroes e historiantes de esta experiencia visual que nos convida a usar todos nuestros sentidos. Una visita que no dejará a nadie indiferente.

 Claudia Soriano Historiadora del Arte
 


Imágenes de la Muestra 

































miércoles, 25 de noviembre de 2020

Premiación Primer Certamen de Arte Sherwin - Williams

Negra Alvarez y Abraham Osorio Ganador absoluto del certamen 

La noche del ultimo viernes del mes de noviembre del presente año se llevo a cabo, bajo un estricto protocolo de bioseguridad la premiación del primer certamen de arte auspiciado por Sherwin - Williams, entre otras marcas de la empresa privada. 

Presidente de Sherwin W. para C.A


Rafael Alas y Negra A. (autoridades del evento)
El certamen gozo de la participación de mas 300 artistas visuales de los que se escogieron un aproximado de 160 obras que se sometieron a escrutinio de un selecto jurado que tuvo la ardua tarea de seleccionar a un ganador absoluto y un ganador por categoría así como una mención honorifica por cada categoría, entre escultura, muralismo, fotografía, etc.  ademas dicho certamen aparte de contar con el respaldo absoluto del Museo de Arte Contemporáneo MARTE ,            fue organizado por un grupo de artistas de reconocida trayectoria quienes


en colaboración de múltiples personas llevaron a cabo este magno evento que tenia por objetivo apoyar al sector de las artes visuales que ha sido duramente afectado por la actual pandemia por covid -19.






David Duke Mental Donante.
Dentro de la dinámica del evento también hubieron donaciones del parte del gremio artístico, las cuales fueron rifadas entre las empresas que apoyaron esta noble causa. Donaron su obra Duke Mental y Ana Zamora

Rodrigo Lopez (Rolo - organizador) 





Ganadores 




Categoría Muralismo Mención de honor : Madjer Linares 


Categoría Muralismo : Ganador Abraham Osorio 




Categoria Obra sobre Papel Mención Honorifica : Saul Ayala 




Categoría Obra sobre papel Ganador : Herbert Polio 
  


Categoría Escultura Mención Honorifica Jennifer Calderon 


Categoría Escultura Ganador : Oscar Perez Mendez. 



Categoría Pintura Mención Honorifica : Beatriz Martinez 


Categoría Pintura Ganador : Alex Donado 


Imágenes de la Noche 

Beatriz Martínez y Rodrigo López 
















Los Maestros Nery Alfaro y Negra Alvarez  




Alex Donado y Miguel Mira 


Jennifer Calderon y Oscar Perez 

Parte del Colectivo 503 

viernes, 13 de noviembre de 2020

Hablar Menos y Producir más, Walterio Iraheta

 


El arte como tal en su devenir constante esta sujeto al cambio, a que tanto la obra como el sujeto creador experimenten el paso del tiempo y de las cosas que nos rodean como seres sociales y como seres creativos. Con mas de 25 años de carrera y proyectos que han abarcado varios temas, espacios y personajes Artespeak tuvo el placer de realizar una pequeña entrevista a Walterio Iraheta uno de los máximos representantes en la escena de las artes visuales de El Salvador y de la región. 


Walterio Iraheta 
Alrededor de los 9 años yo copiaba y pintaba con plumones y temperas, caricaturas y cómics de los periódicos y de álbumes de cromos. A los 15 años ingresé al Bachillerato en artes del Centro Nacional de Artes, Cenar, a los 21 entré a estudiar artes aplicadas en la universidad Dr. José Matías Delgado. A los 22 hice mi primera serie de dibujos, los vendí todos y comencé a exhibir colectivamente, creo que ahí comenzó mi periplo profesional. Una estadía en ciudad de México , luego otra en Chicago y una más en España me ayudaron mucho profesionalmente pero creo que haber vivido algunos años en una comunidad indígena de Baja Verapaz en Guatemala avivó más mi conciencia de por qué quiero seguir haciendo arte.

En cuanto a personas importantes en mi carrera hay varias, pero te voy a mencionar solo a 4 mujeres.Lucrecia Rocaberti para quien mi madre trabajaba cuando yo nací, Lucrecita descubrio.



al artista que llevaba dentro desde que era muy pequeño, entre 4 y 5 años. Ella me pagó mis primeras clases de pintura y dibujo en una academia.

Antonio Lara, que fue el primero que me exhibió, Rhina Aviles que me proyecto dentro y fuera del país y doña Ana Vilma de Chosy, una suerte de madrina que me dio su apoyo incondicional en los primeros años.

A lo largo de estos 30 años (increíble que haya pasado tanto tiempo), me he interesado por varios temas, yo cambio mucho, me aburro haciendo lo mismo o tratando el mismo tema , (no entiendo a los artistas que se pasan toda la vida haciendo lo mismo). 


Hay algunos temas que aparecen en varias series. Me interesa por ejemplo, lo transcultural y el consumo en masa, me intereso por los desplazamientos humanos y la mezcla de símbolos entre personas de distintas culturas, en algunas series he trabajado un poco sobre el medio ambiente, la historia del país es algo que me interesa mucho, Monseñor Romero aparece en varios de mis trabajos, su filosofía y su entrega es algo que siempre me conmueve. 




También me gusta que los temas surjan del mismo arte, hacer arte que discurse sobre el arte, hacer pintura para entender la pintura, dibujar para entender el dibujo, hacer fotografía para entender la fotografía, etc. Y es que en ocasiones  el tema o el discurso se vuelve pretencioso o pedante, si alguien quiere hacer política o activismo con su arte, está bien, pero ese no es el único fin del arte.



Creo que el arte que se hace a partir de mediados de los 90s en el país es completamente diferente al que se hizo en los 80 y antes, creo que lo que se hace hoy es menos “comercial” , menos local y menos dependiente del mercado como si lo fue en los 80s, no todo pero si la mayoría. Lo que se produce ahora es más experimental y con más contenido.

                                                                                                                                                    A mi generación le tocó hacer ese cambio hacia finales de los 90s, diría que desde entonces no ha habido otro golpe de timón tan importante, todavía está vigente, y lo ves en los artistas que conforman mi generación, tienen un cuerpo de obra contundente y una mayor proyección internacional. 

 




Hablar de la cantidad y la calidad del arte Joven es algo muy complejo, hay algunos artistas jóvenes muy interesantes y con propuestas bastante bien planteadas, pero hay mucho artista huevón, hay mucha “ligereza”, creo que arte joven no debería ser sinónimo de arte mal hecho o de poco compromiso.


Esta situación atípica que estamos viviendo a causa del covid-19  ha causado muchos perjuicios en todos los aspectos de la vida, el arte incluido, pero a mí me gusta intentar ver el lado positivo, creo que es una buena oportunidad para cambiar y corregir varias cosas que se venían haciendo mal a nivel institucional e individual, habrá que repensar los medios y las plataformas para hacer llegar arte al público. También habrá que plantearse cómo incorporar esos nuevos medios a los procesos creativos no solo usarlos para difusión sino también para la creación. 

 

Yo soy híper productivo, no paro nunca, siempre estoy planeando un nuevo proyecto o trabajando en una nueva serie. Ahora estoy retomando una faceta de mi trabajo con la que estaba un poco peleado  y que me genera sensaciones contradictorias, le gestión y la curaduría, en este momento coordinó una proyecto de dibujo centroamericano que está por extenderse a un plano más internacional y estoy por sacar de una larga pausa un festival de fotografía de arte que dirigí del 2005 al 2012.



Hablar menos y producir más, postear menos y trabajar más, creo que los artistas ahora pasan más tiempo en redes que en el taller,  el trabajo duro, constante y disciplinado es lo único que te va a llevar a donde querés llegar.

En el país tenemos la mala costumbre de hablar de cosas que no hemos  hecho como si ya las hubiéramos hecho. Fantaseamos más de la cuenta, fantasear en redes es fácil, hay que pasar al plano de lo real.

Háblame de cine si dices que eres cineasta pero cuando hayas visto cientos de películas y hayas producido al menos unas 3. Háblame de literatura si dices que eres escritor, cuando hayas leído cientos de libros y hayas publicado al menos una media docena. Háblame de arte si dices que eres curador o artistas, cuando hayas creado y producido por lo menos una docena de proyectos, y no tiene que ver con la cantidad, pero si creo qué hay que hacer antes de hablar.



Para ver mas obras del artista visita: http://walterioi.blogspot.com/  instagram : @walterio