La obra de Hugo Rivas como todo artista que ha entregado
buena parte de su vida al arte deriva en variados temas y técnicas que van
desde exploraciones al arte pop, hasta llegar a temas históricos y de alto
contenido social.
Buena parte de la obra del artista se destaca por poner en perspectiva
la humanidad misma desde el contexto social político haciendo ver al espectador
aquellos factores grotescos un tanto únicos de los seres humanos en sociedad,
construyendo diversos personajes que cuestionan los valores que la sociedad
trata de imponer sobre las ideas de lo bello y lo aceptable.
Es deber del artista dada su sensibilidad, su agudeza visual
y su vocación académica permanente sacar conclusiones de su devenir histórico aspecto
que encontramos en las recientes murales que el artista ha realizado dentro de
las estaciones del museo MARTE.
Otros aspectos a visualizar en la obra es la abstracción sobre
el tema de lo real que el artista alcanza con obras llenas de color y movimiento
de figuras femeninas sumergidas en agua que están flotante en un periodo de
tiempo indefinido tratando de estar y no estar presentes como elementos vivos
que le dan más vida la obra misma.
Hugo Rivas
Como la mayoría de niños, me
gustaba mucho dibujar. Mantuve el interés en la adolescencia como
entretenimiento. Junto a mi hermano dibujábamos las caricaturas que más nos
gustaban. En esa época unos familiares de EU me regalaron materiales y
cuadernos de dibujo.
Empecé a asistir a talleres de vacaciones en el Teatro de
Cámara (hoy Roque Dalton), recuerdo que ahí vi por primera vez una exposición
de imágenes de calaveras en
medio de multitudes de gente que me gustaron mucho.
Años después
supe que eran grabados de Camilo Minero.
Un amigo del bachillerato que
veía mis dibujos le llevó mi cuaderno al pintor Armando Solís (su vecino) y me
dio una media beca para estudiar pintura en su taller.
En esa época empecé a participar
en algunos espacios más profesionales como subastas de arte, galerías,
certámenes de pintura, etc.
Siempre me gustó la música,
aprendí a tocar algunos instrumentos, lo básico, pero descubrí que no tenía el
talento necesario.
El grabado me gusta mucho, lo he hecho solo de manera
experimental, y hago fotografía pero en función de mis pinturas.
Actualmente estoy haciendo una
serie de pinturas que se llama Escape: uso
fotografías que hago de figuras humanas sumergidas en agua en diferentes
poses. Los modelos son personas cercanas y es una metáfora sobre la idea
seductora y contradictoria de escapar de la realidad.
La otra serie es totalmente imaginativa (la que expuse en Museo MARTE): son personajes más estilizados y cercanos a lo grotesco en contextos sobre el poder, el clasismo y la exclusión.
Esa fue una intervención titulada Íntimo. El proyecto lo presentamos a MARTE Contemporáneo junto a Antonio Romero, quien fue el curador. Toda la propuesta del mural la desarrollé en un cuaderno de bocetos y llevamos con Antonio un proceso continuo de reflexión y cuestionamientos sobre la narrativa e iconografía que iba a usar.
El tema central era establecer un
cuestionamiento al imaginario militar en la psiquis salvadoreña.
Por ejemplo: comparar a El
General (artista reggaetonero panameño y personaje de ficción) que en la actualidad dice “estar arrepentido de
lo que hizo” por razones religiosas con
el General Maximiliano Hernández Martínez y la romantización que existe sobre
su participación en verdaderos crímenes en nuestra historia. A partir de eso
hay diferentes lecturas de toda la pieza, como la recurrencia de la brutalidad.
La gente
lo asocia a un “medio” de producción artística, por ejemplo una instalación,
una acción artística, o el uso de materiales “no convencionales” que no son lenguajes nuevos, tienen casi un
siglo desde Yves Klein o las esculturas de Tatlin. Que no te guste un medio de
producción artística o no entendás como funciona no lo hace desdeñable.
Algo
similar ocurrió con la pintura figurativa. Durante la modernidad Clement Greenberg
la denominó Kitsch, ahora existen nuevas valoraciones sobre pintores
figurativos entonces denostados como Alice Neel, Balthus o Edward Mvnch.
Pienso que hay una enorme
cantidad de artistas y eso es bueno. Esto no se debe a una mejora en el sistema
educativo, al contrario, con los años el sistema educativo en Arte desde las
instituciones es cada vez más paupérrimo y desolador.
Este es el reflejo de un
contexto político que ningunea la cultura y la utiliza solo como adorno o
relleno propagandista. Esto no va cambiar pronto, es el reflejo de la realidad,
pero la enorme cantidad de acceso a la información por internet, y una gran
cantidad de esfuerzos educativos independientes y de auto formación de parte de
los artistas y gestores tienen buenos frutos.
Por otro lado me llama la atención que hay bastante
producción artística que capitaliza el morbo y el sufrimiento humano para sacar
réditos si tuviera la oportuinidad de hablar con un artista ermergente, en realidad no me gustaria darle uno u otro consejo si no darle materiales para trabajar.
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